No hace falta renunciar al cuero ni a los solos de guitarra para cuidarse. La salud no está reñida con la intensidad. Si tu playlist va de Led Zeppelin a Vetusta Morla, pero también te importa sentirte bien por dentro y por fuera, este artículo es para ti.
🥤 1. Hidrátate… sin que suene a sermón
Olvídate del típico “bebe 2 litros al día”. Si vas de bolo en bolo o de jornada maratoniana, lleva una botella contigo con un toque de limón, jengibre o lo que te motive. La clave es mantener el cuerpo afinado.

💤 2. Dormir como una estrella (aunque no lo parezca)
Entre la adrenalina y el desorden de horarios, el descanso es oro. No se trata de acostarse a las 10, sino de crear un pequeño ritual que te ayude a desconectar: una infusión, música suave (¿post-rock?), y fuera pantallas.

🧘♂️ 3. Encuentra tu equilibrio sin perder tu esencia
El yoga no está reñido con el punk. Meditar cinco minutos, estirarte, o simplemente respirar profundo puede ayudarte a despejar la mente sin tener que encender incienso ni hacer mantras.
🍳 4. Come como tu cuerpo merece, no como dicta el cliché
No todo festival se vive a base de bocadillos. Puedes preparar platos fáciles, ricos y sanos con el mismo amor que pones en tus riffs. Piensa en alimentos reales, coloridos y que te den energía duradera.

🚶 5. Muévete… por gusto
No es necesario un gimnasio. Caminar, bailar, montar en bici o pegarte unos pasos mientras suena Arctic Monkeys también cuenta. Que tu cuerpo se exprese como tu música.
Porque vivir a ritmo de rock también puede ser vivir con consciencia. Como siempre: mantén la esencia, cuida tu cuerpo, y que nunca falten los buenos acordes.